116lugar
Tratado de la naturaleza humana de David Hume Todas las ideas y discusiones
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¿Cuáles son las razones que aduce Hume para sustentar su principio de que puede existir lo que se puede pensar?

Y no sólo puede existir lo que puede ser pensado, sino que debe existir, según recuerdo. Además, no puede existir nada de lo que no tengamos una idea. ¿Así piensa Hume? ¿Cuáles son sus razones para afirmarlo? Si en esta y la pasada pregunta (sobre la inmovilidad de la materia si no hay vacío) pudieran proporcionarme, además, los párrafos en los que dice estas cosas, se los agradecería mucho.

Emiliano93, 06.10.2014, 22:35
Estado de la idea: bajo revisión

Comentarios

claudiodiazaviles, 14.10.2014, 13:28
Al respecto Hume escribe lo siguiente:

"PRINCIPIO DE POSIBILIDAD" [Llamémosle así provisionalmente]

Principio de posibilidad formulación 1:
"Nada de lo cual podamos formarnos una idea clara y distinta es absurdo e imposible"
"todo lo que es concebido con claridad puede existir"
[1.1.07.06]

Principio de posibilidad formulación 2
“Es un principio evidente el de que todo lo que podemos imaginar es posible"
[1.4.05.05]

Principio de posibilidad formulación 3
"Todo lo que es claramente concebido de un modo determinado puede existir de ese modo determinado."
[1.4.05.05]

Restricción al principio de posibilidad
“Pero esto no es más verdadero de la materia que del espíritu, de una sustancia extensa compuesta que de una simple e inextensa.”
[1.4.05.05]
claudiodiazaviles, 14.10.2014, 14:02
La restricción al principio de posibilidad se encuentra en 1.4.05.35 y no en 1.4.05.05.
claudiodiazaviles, 14.10.2014, 13:59
¿Qué quería decir Hume con esto?

A) Cuando en 1.1.07.06 lo enuncia, lo hace bajo el presupuesto de que "toda idea proviene de una impresión a la cual representa exactamente" (principio de correspondencia). Luego, toda idea que tengamos en nuestramente y que se represente de forma clara y distinta (algo cartesiana la cosa) se representa así porque de hecho proviene de una impresión que le da claridad y distinción. Las ideas confusas como Dios, la sustancia, etc., son ideas que no provienen de una impresión y por ello se presentan de forma oscura (aquí murió lo cartesiano).

B) Cuando Hume enuncia este pricipio en 1.4.05.05 lo hace para desbancar la definición cartesiana de la sustancia. Cuando los racionalistas definen a la sustancia como "aquello que puede existir por sí mismo sin necesidad de alguna otra cosa" Hume presenta junto con el principio de posibilidad el principio de diferencia:

1. La sustancia es aquello que puede existir sin necesidad de otra cosa, puede exixtir por sí.
2. Todo lo que es concebido con claridad puede existir (por lo dicho en A).
3. Y todo lo que es claramente concebido de un modo determinado puede existir de ese modo determinado.
4. Todo lo diferente es distinguible y todo lo distinguible es separable por la imaginación.
Por lo tanto
"De ambos principios infiero que todas nuestras percepciones, al ser diferentes entre sí y diferir también de cualquier otra cosa que pudiera haber en el universo, son también distintas y separables; pueden ser concebidas como existiendo por separado, y pueden existir de hecho por separado sin necesidad de que cualquier otra cosa las sostenga en la existencia. Son por consiguiente sustancias, al menos en tanto que la definición citada explique lo que es sustancia."

Al analizar la idea de causalidad Hume dejó claro una cosa: que no hay objetos relacionados necesariamente entre sí, sino que es sólo por nuestra experiencia que los relacionamos causalmente. Para la sección 5 de esta parte 4, donde Hume ha desarrollado el argumento anterior, esta idea es considerada por Hume como suficientemente explicada.

Y esos son algunos de los usos que Hume le da al "principio de posibilidad" y sus razones de porqué dice lo que dice.

:)
Emiliano93, 14.10.2014, 19:41
Gracias, Claudio.
Voy recapitular para saber si entendí. Las ideas que se nos presentan claras, son posibles y sólo posibles, pero no necesariamente las cosas del mundo son como las ideas que pensamos ¿o me equivoco? Son posibles precisamente porque todas tienen impresiones precedentes, pero como podemos intercambiarlas y concebirlas como separadas de sus impresiones compuestas por el principio de diferencia (y hasta considerar las ideas simples como sustancias), también por ello no hay necesidad de que tales ideas sean realmente el objeto que representan, ¿estoy en lo correcto? ¿Y de esto se seguiría que lo que tenemos son impresiones e ideas que representan cosas perfectamente posibles del mundo, pero que no necesariamente son así?
Y esta duda la expongo con un ejemplo: Tengo la idea de un ave y la idea de huevo. Por experiencia tomo por causa del segundo al primero. El principio de posibilidad, así como el de diferencia, avalan esto, digamos, lo hacen posible y probable también por experiencia. Pero esos mismos principios me pueden hacer dudar de esta conexión y experiencia y pensar que un ave esta directamente relacionada por causalidad con un elefante, una abeja o una piedra. ¿En ello reside el famosos escepticismo de Hume? ¿Es que ahí entra la determinante importancia de la creencia para nuestra conducción en el mundo y sanidad?
Originalmente pensaba en su idea de espacio, que no permite la idea de vacío, argumentando que esta última idea es falsa u oscura y por tanto imposible en realidad. Haré después la pregunta concreta para que no se amontone aquí un gran discurso.
Gracias por las respuestas...
claudiodiazaviles, 26.10.2014, 20:09
Hola.

Tanto el “Principio de posibilidad” como la idea de vacío son dos de los problemas más metafísicos en Hume, cuya relación va más allá que la de ser problemas metafísicos.

En cierto punto de su discurso, Hume realiza una declaración muy perturbadora. Afirma que “un objeto puede existir y no estar, sin embargo, en ningún sitio” [1.4.05.10], y remata diciendo que esto es algo que no sólo es posible sino que incluso todo objeto debe existir de tal modo. Esta negación radical del espacio se fundamenta en lo siguiente:

1. Todo aquello que se hace presente a nuestra mente son percepciones (ya sean impresiones o ideas)
2. Nótese que Hume habla de aquello que “se hace presente a la mente”, es decir, no tenemos una aprehensión adecuada de los “objetos” en un sentido nouménico -para usar un término kantiano muy adecuado para lo quiere referir Hume-, sino que simplemente tenemos una “representación” del objeto –un fenómeno según Kant-.
3. Esta representación se hace presente en la mente del sujeto cognoscente –la cual en 1.4.06.04 quedará sugerida como un “no lugar”-. La mente es el sitio donde se presentan las percepciones y nunca sabremos si hay algo más allá de nuestras percepciones.

Es por ello que todo cuanto existe (esto es, las percepciones las cuales son nuestro “modo” de acceso al conocimiento) debe existir en ningún sitio (la mente, un no-lugar).

¿Qué es lo que ocurre con el principio de posibilidad?

Pues bien,
1. A toda idea (simple) le corresponde una impresión (simple).
2. Todas nuestras percepciones distintas son existencias distintas
3. La mente no percibe jamás CONEXIÓN REAL alguna entre existencias distintas.

Por lo tanto, si la mente puede concebir absurdos este absurdo es posible gracias a que racionalmente no implica contradicción su concepción.

¿Qué es lo que hace que consideremos absurdo, por ejemplo, el que una bola de billar al chocar con otra produzca un “negrito bimbo”? ¿Por qué razón dos hechos que no poseen una conexión necesaria se nos presentan como causa y efecto inseparables? Sólo por experiencia.

Pero la experiencia no es garantía suficiente (racionalmente hablando) de los acontecimientos del mundo. Ellos pueden ser de diferente manera.

Ahora bien, los acontecimientos del mundo resultan ser, para Hume, en realidad sólo acontecimientos en nuestra mente. De este modo, al ser la vivacidad el criterio que distingue a las impresiones de las ideas, notamos una peligrosa confusión entre ambas percepciones, y la concepción vivaz de cualquiera de ellas puede otorgarle realidad (recuérdese el ejemplo de los mentirosos que terminan creyendo sus propias mentiras [1.3.06.06 y 1.3.09.19]).

Obviamente que todos estos argumentos metafísicos sitúan a Hume en la posición de un simple solipsista. Es por ello que tanto al inicio del Tratado como al final del libro 1 [Introducción y 1.4.04.07] Hume muestra su aversión por querer entrar en temas metafísicos que “lo sumen a uno en una melancolía y soledad terribles”. Claro que esto lo dice después de haber desarrollado toda una teoría metafísica que llevó al empirismo a sus últimas consecuencias y lo cual le valió a Hume mismo el mote de escéptico radical y destructor de todo fundamento del conocimiento. Pero también harán de él el despertador del sueño dogmático de Kant, y con ello el iniciador de una nueva forma de hacer filosofía.

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