¿Qué razón da Hume para el principio de correspondencia?

En efecto, hay una correspondencia sólo entre impresiones simples e ideas simples. Esto es, no hay idea simple que no haya sido presentada a los sentidos primero como impresión. La correspondencia no es exacta entre ideas e impresiones complejas por:
1) La limitada capacidad de la mente para reproducir exactamente sus impresiones como ideas. Mi impresión de París, (bueno, mejor el zócalo), Mi impresión del Zócalo de la ciudad de México no puede ser reproducida en mi mente con exactitud. Acaso ubicaré el palacio de gobierno, la catedral matropolitana y el Sanborns del otro lado de la explanada central, pero los detalles churriguerescos de los edificios, el número de ventanas en cada edificio, los puestos ambulantes y la cara de los que hacen plantones en la explanada son detalles que escapan a mi memoria (o mente).
2) Mis ideas complejas son copias más o menos fieles de lo que se me ha presentado en la experiencia es decir, copias de mis impresiones complejas. Pero a veces, mis ideas complejas son producto de mi fantasía y no tienen una correspondencia con ninguna impresión compleja.
Lo anterior nos lleva a inferir además que toda impresión aparece a los sentidos como compleja, únicamente por reflexión podemos separar los elementos que la componen; no existe tal cosa en el mundo natural como las "impresiones simples", ¿Acaso alguien ha visto el "rojo" o lo "duro"? Lo único que hemos visto es una casa, una gorra o un "algo rojo" o "duro"; sólo después de ver a todos estos objetos compartiendo ciertas cualidades, abstraemos mediante las "distinciones de razón" las ideas simples de color, sabor, textura, etc.